Todavía resulta relativamente común escuchar a gente que se lamenta de
que de un tiempo a esta parte los coches hayan aumentado, aparentemente,
los daños que se producen en sus carrocerías al sufrir un accidente.
Que el menor choque implique una costosa reparación, faros rotos (los
xenón o LED no son precisamente baratos, por cierto), cuando antaño, muchos golpes de “chapa” se saldaban con un par de arañazos.
Ver artículo completo
No hay comentarios:
Publicar un comentario